Soja: Alertan por la aparición de cepas resistentes a la septoria

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El hallazgo marca un cambio de etapa en el manejo sanitario del cultivo, en un escenario donde la soja vuelve a ocupar un rol central en la rotación.

(NAP) Un informe publicado por la Cátedra de Fitopatología de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba) encendiólasa luces de alarma  frente a la expansión en la región pampeana de cepas resistentes de Septoria glycines, el hongo causante de la mancha marrón de la soja, frente a los fungicidas del grupo de las estrobilurinas, uno de los más utilizados en el país desde hace dos décadas.

El equipo integrado por los doctores Francisco Sautua, Cecilia Pérez-Piza y Marcelo Carmona confirmó que la enfermedad -reportada originalmente en Japón y luego en Estados Unidos- provoca en la Argentina pérdidas de rendimiento del 8 al 15%, según condiciones climáticas y presión de inóculo.

Sus síntomas típicos incluyen manchas foliares marrones, circulares u oblongas, que avanzan hacia hojas superiores en contextos cálidos y lluviosos, como los frecuentes en la región núcleo durante la segunda mitad del verano.

Hasta ahora, la resistencia en S. glycines era prácticamente inexistente a nivel mundial. “Solo había un caso reportado en Estados Unidos en 2023”, señalaron los investigadores.

Sin embargo, al analizar cepas argentinas recolectadas entre 2017 y 2025 en Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, detectaron la mutación G143A, responsable de conferir resistencia total a las estrobilurinas.

Esta alteración genética coincide con las fallas de control observadas en campo por técnicos y productores, quienes desde hace varios años advertían una marcada pérdida de eficacia en mezclas que incluían estas moléculas.

Según la Fauba, hasta 2014 las combinaciones de estrobilurinas + triazoles ofrecían un control sólido tanto de S. glycines como de Cercospora kikuchii, parte del mismo complejo de enfermedades de fin de ciclo (EFC). Pero desde entonces las fallas se intensificaron, sobre todo en la región núcleo y zonas aledañas, hasta convertirse en un problema extendido en la última década. Si bien las carboxamidas mantienen eficacia para Septoria, no controlan Cercospora, que presenta una insensibilidad natural a este grupo químico, lo que complejiza aún más el panorama sanitario.

Frente a este escenario, la Fauba confirmó que está evaluando nuevas estrategias de manejo integrado, que incluyen el uso de bioestimulantes con inductores biológicos, fosfitos, multisitios y moléculas alternativas, junto con prácticas como rotación de cultivos, tratamiento de semillas y nutrición equilibrada. El objetivo es reducir el impacto de las enfermedades foliares y sostener la productividad de la soja en un contexto donde la resistencia avanza y obliga a rediseñar el esquema de protección.

El avance de Septoria glycines resistente pone sobre la mesa una discusión que vuelve cada campaña: la necesidad de rotar modos de acción, evitar aplicaciones repetidas sin diagnóstico y promover un manejo sanitario basado en criterio técnico, información y sustentabilidad. Porque en la Argentina sojera, cada punto de rinde cuenta, y la sanidad -hoy más que nunca- se volvió un factor decisivo.(Noticias AgroPecuarias)

 

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