Los créditos ambientales pueden impulsar la agricultura regenerativa
Las colaboraciones y alianzas de alta integridad serán fundamentales para incorporar los créditos por biodiversidad en la agricultura regenerativa y generar confianza en estos mercados.
(NAP) Un informe del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), asegura que la agricultura regenerativa ofrece una vía eficaz para restaurar los suelos, aumentar la biodiversidad, almacenar carbono y fortalecer la resiliencia de los agricultores, que representan casi una cuarta parte de la fuerza laboral mundial.
Prácticas como la labranza reducida o siembra directa, los cultivos de cobertura, la rotación de cultivos y la agroforestería, cuando se combinan, pueden ofrecer importantes beneficios ambientales y de productividad.
Estos beneficios son importantes, ya que el sector agrícola mundial genera cada vez más presión ambiental, aportando alrededor del 70% de la extracción mundial de agua dulce y aproximadamente una cuarta parte del total de las emisiones de gases de efecto invernadero, consignó el informe al que accedió www.noticiasagropecuarias.com.
De acuredo con el trabajo publicado por el WEF, con una previsión de aumento de la demanda de alimentos entre el 50% y el 70% para 2050, los agricultores se enfrentarán a una presión cada vez mayor para alimentar a una población en crecimiento y, al mismo tiempo, proteger los ecosistemas naturales. Para lograr estos objetivos, será fundamental apoyarlos con incentivos claros, marcos normativos y acceso a la financiación, incluidos los créditos medioambientales.
Financiar la transición
La transición de los sistemas alimentarios mundiales hacia prácticas regenerativas será un desafío que requerirá una inversión anual adicional de entre 80 000 y 105 000 millones de dólares para 2030.
Los agricultores, que son clave en esta transición, a menudo tienen dificultades para acceder al capital o beneficiarse de incentivos directos que les permitan emprender el cambio.
Con el aumento de los riesgos relacionados con el clima, al alza de los costos de los insumos y la incertidumbre económica, “los agricultores necesitan políticas claras y casos de negocio sólidos para adoptar nuevas prácticas”, consigna el trabajo del WEF.
El aumento del rendimiento y la productividad a lo largo del tiempo puede ser un factor motivador clave. Por ejemplo, se ha demostrado que la agricultura regenerativa aumenta el rendimiento entre un 10 % y un 30 % para los agricultores estadounidenses que utilizan la siembra directa y los cultivos de cobertura.
Sin embargo, en algunos casos, los agricultores se enfrentan a un flujo de caja negativo en los primeros años debido a la disminución temporal del rendimiento y al aumento de los costos de los insumos, por ejemplo, debido a la necesidad de cambiar los equipos.
Más allá de estos desafíos de transición, la adopción se ve aún más obstaculizada por otras barreras sistémicas, como financiamiento limitado, mecanismos frágiles de distribución de riesgos, desarrollo de capacidades inadecuado, disponibilidad insuficiente de datos y redes de apoyo fragmentadas.
Créditos ambientales
No existe una solución milagrosa para acelerar la adopción de prácticas agrícolas regenerativas. Para superar los obstáculos, los actores de toda la cadena de valor agrícola y alimentaria deberán unirse y proporcionar sistemas de apoyo integrales para:
- Mejorar la rentabilidad prevista, por ejemplo, con programas de prima verde como la iniciativa FarmAhead de Arla.
- Ofrecer mecanismos de financiamiento y distribución de riesgos a medida, como los préstamos de impacto de Rabobank vinculados a indicadores de biodiversidad.
- Integrar tecnologías resilientes al clima, como el sistema inteligente para el cultivo de maíz de Bayer.
- Apoyar redes prácticas dirigidas por agricultores para gestionar la transición, como ocurre en la Red de Agricultura Regenerativa de Escocia.
Los créditos ambientales o naturales, incluyendo los de biodiversidad, carbono y otros tipos, son una pieza importante de este enfoque holístico, pues ayudan a los agricultoras a generar ingresos adicionales y mejorar la viabilidad comercial de las prácticas regenerativas.
Junto con otras soluciones, estos instrumentos se adaptan bien para atraer la inversión privada debido a su pequeño tamaño, su relativa liquidez, su estructura basada en resultados y su familiaridad para los inversionistas. Cuando se diseñan y se implementan con integridad, pueden ayudar a movilizar fondos para la transición regenerativa, al tiempo que recompensan directamente a los agricultores y las comunidades rurales por su gestión ambiental.
créditos sobre el terreno
Proyecto Hummingbird (Colibrí) es una iniciativa piloto global liderada por Bayer y PlanetaryX, en colaboración con un grupo de socio seleccionados.
El proyecto pone a prueba un nuevo modelo de negocio que agrupa diversos beneficios ambientales —como el almacenamiento de carbono, la biodiversidad, la mejora de la salud del suelo y la optimización de los sistemas hídricos— en un único paquete de créditos denominado Ecosystem Resilience Assets (Activos de Resiliencia del Ecosistema).
Este enfoque tiene como objetivo facilitar la financiación de la agricultura regenerativa y fomentar la colaboración en toda la cadena de valor alimentaria, situando a los agricultores en el centro.
Guiado por la Iniciativa de Mercados Naturales y Créditos de Biodiversidad del Foro Económico Mundial, el proyecto piloto mide los resultados ambientales positivos e incentiva a los agricultoras por ellos, destinando al menos el 75% de la financiación directamente a los gestores de la tierra. Denominar “activos” a estos beneficios ambientales enfatiza la importancia del concepto de “naturaleza como clase de activos” y la necesidad de adoptar una visión holística de los servicios ecosistémicos, en lugar de tratarlos por separado.(Noticias AgroPecuarias)










