Aftosa ¿conviene dejar de vacunar? El debate entre Argentina, Uruguay y Brasil

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En medio de un escenario global de brotes y nuevas exigencias sanitarias, el debate por la vacunación antiaftosa en la región se recalentó: especialistas advierten sobre los riesgos de flexibilizar el sistema.

(NAP) En el 4° Congreso Federal Ganadero del Rosgan, representantes de Argentina, Uruguay y Brasil coincidieron en el objetivo —mantener a la región libre de fiebre aftosa—, pero discreparon en el camino para lograrlo. La pregunta que ordenó todo el panel fue directa: ¿Es conveniente dejar de vacunar?

Mientras Uruguay y Argentina defendieron la continuidad del esquema actual, Brasil explicó por qué optó por abandonarlo y cuáles son los costos y riesgos de cada estrategia. El intercambio dejó en claro que la decisión no es meramente técnica: involucra mercados, costos productivos, estabilidad comercial y la capacidad sanitaria de cada país.

Argentina: “No tenemos circulación viral; vacunamos porque nos previene”

Dardo Chiesa, coordinador de la Mesa Nacional de Carnes, planteó que para la Argentina el riesgo de suspender la vacunación supera cualquier posible beneficio.

“Hoy no hay circulación viral. El problema sería una reintroducción”, advirtió. Recordó además la crisis que atravesó el país tras la suspensión de la vacuna en los años 90: “Se eligió el peor camino: esconder el brote”.

Chiesa sostuvo que el mercado “no diferencia” entre países libres con o sin vacunación —con el ejemplo de Uruguay exportando lengua a Japón— y afirmó que el verdadero cuello de botella para Argentina pasa por la trazabilidad, no por el estatus sanitario.

También cuestionó un punto clave: si se dejara de vacunar, el monitoreo quedaría exclusivamente en manos del Estado, algo que el sector privado rechaza. “No queremos entregar algo que nos puede dejar fuera de los mercados”, dijo. Para Chiesa, la conclusión fue contundente: mantener la vacunación es, hoy, la opción más segura para Argentina.

Matías Longoni (moderador), Silveira Pereira, Chiesa y Ferber.

Uruguay: “No existe un motivo real para dejar de vacunar”

El presidente de la Asociación Rural de Uruguay, Rafael Ferber, llevó al panel el peso de la historia uruguaya. El brote de 2001 le costó al país 730 millones de dólares, el 3,8% del PBI.

Desde entonces Uruguay sostiene un modelo que considera exitoso: libre de aftosa con vacunación, abriendo mercados exigentes como Estados Unidos, Japón, Israel y China.

“Vacunar o no vacunar no tiene efecto comercial”, afirmó Ferber. “Enviamos lengua a Japón, somos el tercer precio del mundo. ¿Qué mercado justificaría el riesgo?”

El dirigente remarcó que la ecuación costo–beneficio es clara:

-Costo anual de vacunación: 32 mill/dol.

-Pérdidas potenciales frente a un brote: hasta 2.000 mill/dol.

“No encontramos motivo real para dejar de vacunar. En Uruguay ni siquiera está en discusión”, concluyó el dirigente de la ARU.

Brasil: dejó de vacunar por presión comercial y apuesta a la vigilancia activa

Desde mayo, la OMSA reconoce a Brasil como libre de aftosa sin vacunación. Gedeao Silveira Pereira, vicepresidente de la CNA, explicó que la decisión estuvo impulsada por dos cadenas clave: cerdo y pollo, altamente dependientes de mercados que ponderan el estatus “libre sin vacunación”.

Pero el cambio exigió una transformación profunda del sistema sanitario. El eje es el Fundesa, un fondo privado de emergencia con u$s 33 millones aportados por los propios productores. “Si no tenés vacuna, el principal actor no es el servicio público: son los ganaderos mirando a los animales todo el día”, afirmó. Si no hay indemnización rápida, dijo, “nadie avisa un posible brote; ahí está el desastre”.

Brasil logró su certificación después de 25 años de transición gradual. Hoy apuesta a nuevas aperturas, especialmente en carne porcina y aviar. Según la ABIEC, hay 35 mercados potenciales tras el cambio de estatus.

Tres modelos, una misma pregunta: ¿hasta dónde conviene arriesgar?
El debate dejó una conclusión central: el riesgo sanitario y el costo comercial de un brote siguen siendo el factor determinante.

En la conclusiones del panel, se resaltó que un brote en un país afecta a todos por lo que la fiebre aftosa sigue siendo un tema estratégico del Mercosur.

La pregunta que quedó flotando fue la misma que abrió el panel es qué modelo combina menor riesgo sanitario con mayor competitividad comercial. Por ahora, cada país responde distinto, según su estructura productiva, sus mercados y su historia. (Noticias AgroPecuarias)

Foto histórica: el entonces presidente argentino, Carlos Menem, en abril de 1999, aplicando la última vacuna antiaftosa, unos meses después el país debió reconocer nuevos brotes de la enfermedad y Argentina retrocedió drásticamente en las exportaciones, reportando pérdidas mayores a los 2000 mill/dol.

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