Garrapatas: el desafío sanitario para la ganadería en el litoral

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En plena época de eclosión, la garrapata vuelve a poner en jaque a la ganadería de las zonas subtropicales y húmedas. El problema de la resistencia a los tratamientos.

(NAP) La región litoral, de fuerte perfil criador, enfrenta en esta época del año una de sus mayores amenazas sanitarias: la garrapata. “Tal vez sea hoy uno de los temas más difíciles que tenemos en el área, sobre todo a nivel productivo, porque el productor invierte mucho dinero y no la puede controlar”, señaló el veterinario Oscar Jurado.

El especialista explicó que el principal problema está en la alta resistencia a las drogas, producto de un mal manejo de los tratamientos y de la falta de acciones sistemáticas. “El productor suele culpar al vecino, pero en realidad la responsabilidad es de cada uno. Hay que atacar en el momento indicado”, subrayó.

Jurado habló del problema en la última Jornada a Campo organizada por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina en el establecimiento Tres Luceros de paso de los Libres

Más allá del impacto sanitario directo, con enfermedades como babesiosis y anaplasmosis que pueden causar mortandad, la garrapata provoca un daño económico que muchas veces pasa inadvertido: la pérdida de kilos en la hacienda. “Eso es enorme y es lo que más pesa en el resultado productivo anual”, advirtió Jurado.

Estrategias de control
En los últimos años se avanzó en vacunación preventiva, con productos desarrollados por el INTA y laboratorios privados que ayudaron a reducir las muertes por hemoparásitos. Sin embargo, el eje del manejo sigue siendo el control sobre el animal en momentos clave.

“Normalmente intentamos tratar a fines de agosto, cuando la garrapata empieza a salir de su estado hipobiótico y sube al animal. Es el momento en que hay que actuar”, explicó.

El veterinario recalcó la importancia de rotar las drogas para evitar resistencia: “En la primera generación usamos tres aplicaciones de la misma droga y en la segunda generación rotamos. Así sucesivamente”.

El problema no solo es productivo, también impacta en la comercialización. Por los riesgos sanitarios, hay fuertes limitaciones para trasladar hacienda desde Corrientes hacia provincias libres de garrapata. “Eso hace que el productor pierda mucho dinero, porque los mejores precios están hacia el sur, y no hacia el norte”, indicó Jurado.

Para el especialista, la cuestión pasa por un cambio cultural en la forma de encarar el problema. “Siempre decimos que la culpa es del vecino, pero en realidad la problemática es de uno. Alguna vez vamos a tener que ponernos las pilas y trabajar en forma conjunta”, concluyó. (Noticias AgroPecuarias)

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