Paula Diez: “El principal desafío es el recurso hídrico, por el cambio climático hace varios años que hay menos nieve”

Spread the love

El ciclo Cosecha Propia de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNLZ viaja hoy hasta San Rafael, al sur de Mendoza, para conocer la historia de Paula Diez, su trabajo al frente la sede local del INTA y las perspectivas de la actividad agropecuaria en la región.

(NAP) Bonaerense de nacimiento, ingeniera zootecnista, egresada de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, Paula Diez, vivió un tiempo en Entre Ríos haciendo una pasantía y finalmente se radicó en San Rafael, al sur de Mendoza, donde la llevó el amor que había encontrado en las mismas aulas de la facultad.

Desde hace un mes Paula Diez, es la directora de la Estación Experimental Rama Caída del INTA en esa localidad mendocina, en momentos de cambios y un escenario “desafiante y complejo”, lo mismo que las exigencias que impone el cambio climático, para el acceso al agua en una provincia en la que este recurso natural es tanto o más importante que el petróleo o el gas.

¿Cómo fue tu acercamiento a la universidad y por qué decidiste estudiar allí?
Soy de Canning, provincia de Buenos Aires, y mi acercamiento a la facultad fue medio rara, porque no tenía una familia vinculada al campo. Estaba en quinto año, todos empezaban a buscar carreras, yo estaba que no sabía muy bien que elegir y en esa época había unos manuales donde estaban todas las carreras que se dictaban en todo el país.

La Guía del Estudiante…
Exactamente, tenía una Guía del Estudiante en mi casa y yo, abrumada por ese libro gigante y sin demasiada orientación, empecé a verla por atrás, donde había un índice de todas las carreras ordenadas por orden alfabético. La última era Zootecnia.

Leo, no tenía mucha idea, voy a ver qué se trataba, estaba todo, el listado de materias y me encantó. Tenía la idea de trabajar en un contexto natural, quería irme de Buenos Aires, quería hacer otras cosas, alejado un poco de lo urbano, y eso me hizo decidir. De Canning estaba relativamente cerca para ir a estudiar, así que ése fue mi acercamiento a la UNLZ, medio azaroso porque la zeta me jugó una buena pasada en este caso.

Hice el curso introductorio en febrero, empecé un día de lluvia y estaba muy contenta por comenzar. La verdad que al principio fueron años difíciles porque venía de una secundaria que tenía orientación en Ciencias Sociales, y por eso al principio me costaron matemáticas, química, física, pero después me encantó la facultad, los compañeros, desde el principio me sentí bien, contenta, bien recibida.

A nivel académico, ¿cuáles son los principales valores que te dejó la facultad? Durante toda la cursada y cuando nos tocaba ir a encuentros o jornadas y estábamos en contacto con estudiantes de otras facultades, nos dábamos cuenta que estábamos a la altura, no nos sentíamos en ningún momento atrás, estábamos bien en cuanto a contenidos, carga horaria, etc.

Paula Diez, Ing. Zootecnista, actual directora del INTA Rama Caída

Siempre me acuerdo del tema ovinos, producción de lana y demás que hacíamos un montón de prácticas. Parte de eso me sirvió después para el trabajo con productores con los que me vinculo en esta zona. O nutrición, que en ese momento había un profesor, Víctor Badaracco, que venía de Concepción del Uruguay y fue excelente. En cuanto a prácticas tal vez faltaba un poquito, pero uno igualmente se la rebuscaba porque había oferta de pasantías.

La inserción laboral siempre es difícil para los estudiantes. ¿Cómo fue en tu caso y qué les recomendás a los chicos que hoy están en los tramos finales de la carrera?
Es complejo porque uno en la facultad está con cierto apuro de rendir y después cuando te recibís viene todo un mundo nuevo y difícil. Si yo tuviera que pasar de nuevo esa etapa, tal vez no tendría esa urgencia, ese apuro para recibirme. No sé por qué tenía ese apuro de rendir, rendir, rendir, no me iba de vacaciones para rendir. Tal vez hubiera estado bueno que mientras estudiaba me hubiera permitido hacer pasantías más largas, vincularme con algunas instancias de práctica en alguna empresa, en algún establecimiento agropecuario, que me permitiera tener ese contacto con la realidad y no hubiera sido tan abrupto, tal vez, cuando me recibí.

¿Qué pasó cuando te graduaste?
Apenas me recibí fui a hacer una pasantía. Teníamos contacto con el INTA de Concepción del Uruguay porque este profe en la cursada nos había llevado en algún momento a visitar esa Experimental, así que me contacté con el jefe del grupo de forrajes de este momento, José Pedro Di Battista, que era muy referente en el tema y una persona extraordinaria también, me recibió y estuve casi un año en Concepción del Uruguay (Entre Ríos) trabajando en el grupo de investigación de pasturas.

Sos bonaerense y estuviste en Concepción del Uruguay ¿cómo terminaste en Mendoza?
La facultad además de un título me dio a mi compañero desde aquella época, todavía seguimos juntos con el colega mendocino, Sanrafaelino voy a decir porque a ellos no les gusta decir mendocinos. Cuando nos recibimos él se vino para acá, también está vinculado al INTA porque cuando llegó se abrió un concurso para una beca en ganadería, así que se presentó y ganó. Yo conocía San Rafael porque había venido a visitarlo en algunos momentos. San Rafael es una ciudad muy linda, una mezcla entre ciudad y pueblo, porque tiene hábitos de pueblo, pero no es tan chiquito y la verdad que me gustó siempre para venir a vivir acá.
Así que, terminada mi pasantía en Concepción del Uruguay, me vine a San Rafael sin un horizonte laboral claro, y al tiempo que estaba acá surgió una beca. Me recibí en 2004, estuve todo el 2005 en Concepción del Uruguay y en 2006 salió la beca en Extensión con mención en Ganadería de Zonas Áridas.
En el INTA se ingresa por concurso así que entré en una beca de formación, que me permitió hacer estudios de posgrado. En mi caso fue una Maestría en Desarrollo Rural, que hice en la Universidad de Buenos Aires, en la Facultad de Agronomía.

Hace unas semanas tomaste la dirección de la Estación Experimental Rama Caída del INTA. Contanos qué es lo que hacen y las metas en tu nuevo puesto.
En general en el INTA todos los cargos se concursan, la dirección también y tiene un duración de 4 años, la directora anterior Cecilia Pica ya había cumplido su período, así se abrió nuevamente el concurso, me presenté como también otros compañeros. El 8 de julio, el día que salió el decreto que entre otros organismos nos ha modificado muy profundamente, asumí la dirección de la Estación Experimental Rama Caída del sur de Mendoza en un contexto complejo y desafiante. Esta Experimental tiene como área de influencia casi el 60% de la provincia de Mendoza. Son los departamentos de Malargüe, que está en el oeste, en el centro está San Rafael y en el este General Alvear. Su territorio se estructura de manera fragmentada, definida por áreas de oasis, con riego y áreas de secano.

Para quienes no estamos en esto, ¿qué es secano y qué es el área del oasis?
El área de oasis, por supuesto, está definida por el agua de las cuencas de ríos que vienen de la cordillera, que es agua de deshielo. En nuestro caso es la cuenca del río Atuel y el río Diamante, que define esta área que tiene acceso al riego. No nos olvidemos que Mendoza está dentro de la diagonal área, un lugar de muy pocas precipitaciones. En el oasis también está el riego por acequias, por canales, por represas, que juntan y después distribuyen el agua de estos dos ríos. El secano es toda esa área que no tiene acceso a río, el 97% de la superficie de Mendoza es de secano.

O sea, hay que llevar el agua de alguna manera.
Dentro de las producciones más importantes del secano están la ganadería de cría, con un perfil un poco más comercial o empresarial hacia el este, en el departamento de General Alvear, y una ganadería con perfil más familiar, de subsistencia hacia el oeste, con especies principalmente caprina, pero también hay bovinas.

¿Qué otras producciones hay en el área de influencia del INTA Rama Caída?
A diferencia del oasis norte, que tienen unas vocaciones productivas un poco más definidas hacia la viticultura, nuestro oasis es bastante diversificado. Si bien tenemos un perfil de productores en el oasis, que en general son pequeños, hay también medianos y grandes, pero por una cuestión de subdivisión de la tierra y demás, hay muchos establecimientos de escala pequeña, con productores vitícolas y frutícolas. En la actualidad la fruticultura está bastante orientada a la ciruela para industria, una ciruela que se deshidrata y tiene como destino principal la exportación.

También productores vitícolas, que le entregan a las bodegas que son más grandes, hay productores que tienen sus propias bodegas, hay bodegas artesanales, y desde hace unos años vienen aumentando sostenidamente los cultivos forrajeros, concentrándose en maíz y alfalfa.
En los últimos años han aparecido también empresas que se dedican al engorde a corral. También hay otras producciones, algo de olivo y hay una horticultura de verano.

¿Cuál es el aporte técnico del INTA para los productores?
Espejando un poco este oasis diversificado dentro de nuestra Experimental tenemos grupos de trabajo vinculados con cada uno de esos sectores productivos. Tenemos uno de Agroindustria, que trabaja en la parte más primaria del cultivo, estamos hablando de ciruela. Hace unos años había otras especies como durazno, que está bastante en descenso la superficie, también peras y membrillos, pero luego de muchos años de baja rentabilidad ya es muy poquito lo que hay.
El equipo de trabajo, conformado por ingenieros agrónomos, ingeniera química y bromatóloga, trabaja en casi toda la cadena, porque está en la parte primaria de cultivo, donde se evalúan distintos materiales, formulaciones de fertilizantes, porta injertos, después está la parte de industria en los procesos de deshidratado, tanto en el proceso de deshidratado como el acompañamiento a las empresas que hacen puesta a punto de los hornos.
Acá tenemos un clúster de ciruela del que formamos parte del comité técnico, entonces el vínculo con las empresas lo hacemos a través de convenios, de servicios de asistencia técnica en donde el productor identifica algún tipo de dificultad en su proceso y se acompaña desde ese lugar, más allá de los trabajos de ensayos y experimentación que hacemos.
Además, tenemos un grupo en ganadería que trabaja, por un lado, en cría, básicamente en planificación forrajera, pastoreo rotativo y un zootecnista, que trabaja la parte bajo riego, en engorde a corral y forraje.

Mendoza tiene una gran diversidad de economías productivas. ¿Cuáles son los principales desafíos del área que les toca en el sur de la provincia?
El principal desafío es el recurso hídrico. Tal vez no en estos dos últimos años, pero es una tendencia que se dia en los últimos 10 años y los expertos dicen que se va a mantener en el contexto del cambio climático, las nevadas en cordilleras son muchos menores, en los promedios históricos, que hace unos años. De hecho, este año los centros de esquí que tenemos acá cerca (Las Leñas, etc.) están bastante en crisis porque no hay nieve. Eso nos afecta muy profundamente porque esos ríos se alimentan justamente del deshielo. Es una demanda de regar de la mejor forma posible, con un recurso que es cada vez más escaso. Ahí hay algunas tecnologías de procesos dentro de las fincas y también necesidades de inversión en equipos de riego presurizado. El uso del recurso hídrico es un desafío importante.
Después, ir adaptándose a este cambio de la matriz productiva. La viticultura está hace unos años en retroceso en cuanto la superficie implantada, aumentando un poco la superficie de los emprendimientos vinculados al forraje y la ganadería. Tenemos problemas de escala, obviamente, casi el 70% de la superficie productiva en el oasis son establecimientos muy chicos, entre 5 y 10 hectáreas. Eso complejiza porque la escala tal vez no permite inversiones que son necesarias para aprovechar, por ejemplo, los recursos hídricos.(Noticias AgroPecuarias)

 

 

También le puede interesar...