Ex secretarios y ministros de Agricultura defienden al Inta

Ex funcionarios de gobiernos del PJ criticaron la reestructuración del Consejo Directivo.
(NAP) Siete ex ministros y ex secretarios de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación redactaron una nota en la que denuncian y critican el intento de “vaciamiento del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria”.
La carta fue firmada por Felipe Solá; Javier de Urquiza; Carlos Cheppi (ex presidente del Inta); Julián Domínguez ; Norberto Yahuar; Luis Basterra y Juan José Bahillo.
En la carta condenan la intención del Gobierno Nacional de modificar la estructura orgánica que hoy tiene el Inta y reducir de 10 a 7 butacas el Consejo Directivo, se publicó en medios periodísticos.
El Consejo Directivo del Inta tiene 10 miembros: 3 del Gobierno Nacional (Secretario de Agricultura, Presidente y Vicepresidente del Inta); 4 para las entidades rurales (SRA, FAA, CRA y Coninagro); 2 para las universidades públicas (Agronomía y Veterinarias) y 1 para la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola.
En el documento se explica el papel que desarrolló el Inta como “la nave insignia del desarrollo agropecuario” con sus aportes a la agricultura, a la ganadería y a la constante innovación tecnológica que fue sumando a los largo de sus siete décadas de existencia.
Con el título de “La mejor defensa del Inta es su historia”, los ex funcionarios salieron a cuestionar las recientes declaraciones del Ministro de Desregulación y Transformación del Estado de la Nación, Federico Sturzenegger respecto de los “6.000 empleados y 3.000 vehículos” en el INTA, donde el Gobierno aplicaría su modelo de “motosierra” que en este caso implicaría el rediseño y los recortes en muchos organismos.
Los ex funcionarios aseguran en el documento que “Nuestra experiencia y compromiso, después de haber ejercido la función pública para el sector, nos obliga a advertir que:
La propuesta de alterar el sistema de gobernanza del Inta es un mecanismo del gobierno libertario para desplazar a las Universidades Nacionales y a los Grupos CREA de la toma de decisión, desguazar a la institución, poner en venta sus campos experimentales y provocar el retiro anticipado y el despido de sus recursos humanos altamente calificados.
Todo esto constituye un verdadero despropósito contra la nave insignia del desarrollo agropecuario nacional.
Sin un Inta que desarrolle el trabajo experimental no hay investigación, sin investigación al servicio de los productores no hay futuro con crecimiento posible para el agro argentino.
La mejor defensa del Instituto es remarcar la trascendencia de los objetivos que movilizan al organismo en función del interés de los productores argentinos, del desarrollo agroindustrial y del crecimiento de nuestro país.
Por décadas el organismo técnico ha trabajado para que la investigación y la experimentación contribuyan al impulso de la producción, la inversión, la exportación, el agregado de valor, el desarrollo regional, el arraigo territorial y la creación de empleo.
Las políticas públicas del Inta transfieren conocimiento y han colaborado, fehacientemente, en la consolidación de la agroindustria en el principal sector económico de la Argentina.
El INTA es uno de los grandes responsables de la transformación del campo argentino que revolucionó la agricultura en el mundo.
Este intento de vaciamiento representa un retroceso en el aporte en materia de conocimiento, ciencia y tecnología que el Inta necesita para seguir siendo un referente. (Noticias AgroPecuarias)