La importación de peras ‘chinas’ encendió las alarmas en Río Negro y Neuquén

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Mientras desde Pekín celebran la apertura del mercado argentino, los productores locales reclaman igualdad de condiciones, menos impuestos y reglas sanitarias recíprocas.

(NAP) El reciente desembarco en Argentina de 2.597 cajas de peras frescas procedentes de la provincia china de Hebei, valuadas en 25.420 dólares, desató un fuerte debate en la fruticultura del Alto Valle.

Se trata del primer cargamento oficial que ingresa al país desde China y marca un hito en la expansión de estas frutas asiáticas hacia América Latina. En supermercados y fruterías se las vende como pera asiática y su formato es redondo como el de una manzana.

La llegada del contenedor —enviado por la empresa Botou Dongfang Fruit Co., Ltd.— fue supervisada por las autoridades aduaneras chinas, quienes aseguraron rigurosos controles sanitarios en origen. “Descubrimos que en esta región hay una demanda fuerte y un reconocimiento creciente de las frutas chinas”, señaló Guo Yusen, director general de la compañía exportadora, al celebrar la apertura del mercado argentino.

Sin embargo, en Argentina, el anuncio provocó la inmediata reacción de la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI). Su presidente, Nicolás Sánchez, sostuvo: “Exportamos a 60 países y queremos que los mercados estén abiertos, pero para nosotros exportar a China es muy difícil por las barreras paraarancelarias que nos imponen. Ellos entran sin mayores protocolos, y a nosotros nos revisan todo”.

El impacto también fue advertido por el gobierno de Río Negro, desde donde su secretario provincial de Fruticultura, Facundo Fernández, consideró que la situación “invita a revisar la carga impositiva nacional”. Fernández explicó que producir peras en la región tiene altos costos: el 55% corresponde a mano de obra directa y un sueldo promedio ronda los 1.200 dólares. “Es una competencia desigual, no desleal”, remarcó.

Otro dato que encendió las alarmas fue el precio. A pesar de recorrer más de 20.000 kilómetros, las peras chinas llegan a los consumidores argentinos con un valor competitivo respecto a la fruta local. “Eso habla no solo del costo logístico chino, sino también de nuestras ineficiencias internas”, apuntó un productor del Alto Valle, preocupado por el efecto en la rentabilidad regional.

Desde la Secretaría de Fruticultura aclararon que el cargamento chino está destinado principalmente a las comunidades orientales del país y que, por sus características —peras más redondas, de piel rugosa y menor contenido de azúcar—, no compite directamente con la producción tradicional de la región.

Aun así, advirtieron sobre la necesidad de revisar los protocolos sanitarios de ingreso para asegurar reciprocidad con los exigidos por China.

En el plano político, el exsenador Miguel Ángel Pichetto expresó en redes sociales: “Tremendo: Argentina abrió las importaciones de peras chinas. Una lesión enorme para el Alto Valle de Río Negro, sus productores y empresas”.

Argentina es el segundo mayor exportador mundial de peras, con 645.000 toneladas producidas en 2024, de las cuales 345.000 se enviaron al exterior. La llegada de fruta importada en un contexto de crisis interna, falta de financiamiento y presión fiscal, suma una nueva preocupación para una economía regional que ya venía golpeada.

Mientras las peras chinas ganan terreno, los productores del Alto Valle reclaman que el gobierno nacional equilibre la balanza y brinde herramientas reales de competitividad: reducción impositiva, incentivos a la exportación y reglas claras para todos los jugadores del tablero global. (Noticias AgroPecuarias)

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