Criollo Inta, la primera variedad argentina de romero

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Un cultivar versátil que presenta un gran potencial culinario y ornamental, así como para la industria agroalimentaria, la medicina y la cosmética.

(NAP) La sede de Mendoza el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina desarrolló la primera variedad de romero de la Argentina. Fue bautizada como Criollo Inta y se distingue por su alto rendimiento y contenido de aceite esencial y antioxidantes.

Este primer cultivar nacional es versátil y presenta un gran potencial culinario y ornamental, así como para la industria agroalimentaria, la medicina y la cosmética.

Este “romero criollo” se caracteriza por su sabor distintivo, intenso, amargo y con toques de alcanfor.

Su versatilidad lo posiciona como un elemento fundamental en el mundo culinario, así como en la industria de la fitomedicina y la cosmética, además de ser altamente demandado para planteos agroecológicos, como ornamental y para cercos vivos, destacan desde el INTA.

Criollo INTA se obtuvo luego de seis años de evaluación y selección de diversos clones de romero provenientes de diferentes zonas del país.

Es el primer cultivar de romero (Salvia Rosmarinus Spenn) inscripto en el Registro Nacional de Cultivares del Instituto Nacional de Semillas (INASE).

El primer romero criollo, al detalle

Criollo Inta es un romero de porte erecto, de plantas altas y robustas, con ramificación profusa y follaje de densidad media. Responde al tipo de romero comúnmente conocido como criollo o de hoja angosta. Sus hojas son finas, largas, de color verde oscuro ceniciento, muy aromáticas. El sabor es intenso, picante, alcanforado y amargo.

Presenta dos floraciones al año y se caracteriza por su elevado rendimiento en especia que supera los 3 mil kilos por hectárea de hoja seca y limpia. Además, presenta un alto contenido de aceite esencial entre 2,5 y 3 % v/p (hojas secas y limpias) y de extractos antioxidantes.

Esta variedad tiene buena adaptación a climas templados, templados cálidos, áridos y semiáridos, con alta insolación y amplitud térmica, tolerando temperaturas cercanas a los -8°C. Prefiere suelos sueltos, bien drenados, pobres, calcáreos, areno-arcillosos. Se adapta a condiciones de restricción hídrica, como los disponibles en Mendoza.

Su ciclo puede extenderse unos 6-8 años o cuando el rendimiento empieza a declinar. Se puede emplear para distintos usos productivos: cosecha de hojas para condimento, extracción de aceites esenciales, obtención de extractos antioxidantes.

(Noticias AgroPecuarias)

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