El fin de la burbuja

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La única medida o idea súper creativa que implemento el gobierno de Alberto Fernández para comenzar la guerra a la inflación, ha sido el aumento de las retenciones.

BUENOS AIRES (NAP, por Pablo Adreani*) El sector agropecuario estuvo dentro de una burbuja en forma intermitente, dependiendo del humor del gobierno o funcionario de turno. Les permitía a los productores recibir señales tanto positivas como negativas provenientes de los mercados internacionales en un mundo cada vez más globalizado. El sector siempre estuvo abierto y permeable a todo lo que sucedía en el plano internacional.

Estar dentro de la burbuja no significa que el productor es un privilegiado y siempre gana, el factor clima y los precios internacionales definen la ganancia o pérdida de un productor. El productor no está exento de una sequía, como viene sucediendo hace dos años, ni de la fuerte baja de los precios.

La burbuja le ha permitido a los productores poder pasar los momentos de crisis sin recibir de lleno la
influencia de los factores internos distorsivos propios de nuestra economía y política vernácula, que pudieran impactar en su negocio, me refiero a impacto siempre en sentido negativo.

Sin embargo, esta semana algo cambio, y ya nada será igual. El gobierno decidió en forma unilateral e
inconsulta aumentar las retenciones a las exportaciones de harina de soja y aceite de soja, y del biodiesel con el pretexto o la excusa de crear un “Fondo Estabilizador Temporal del Trigo Argentino”.

La única medida o idea súper creativa que implemento el gobierno de Alberto Fernández para comenzar la guerra a la inflación, ha sido el aumento de las retenciones, en definitiva, se trata de una nueva caja de recaudación en forma práctica, segura, ágil sencilla y, de recaudación diaria.

El comunicado de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires ha sido muy claro y contundente, “la entidad cerealista manifestó su amplio rechazo al cambio en las reglas de juego y al incremento de la carga impositiva a la agroindustria, máxime en una campaña azotada por una severa sequía que redujo notablemente el volumen de la cosecha. Cercenar exportaciones y subir impuestos es frenar la dinámica del principal sector que, actualmente, provee divisas y genera empleo. Es ir a contramano de lo que deberíamos tener como estrategia país, aprovechar la mayor demanda de productos alimenticios que exportamos”

Las limitaciones a las exportaciones y la suba de impuestos frena la dinámica del sector que genera divisas y  empleo.  

A todo esto, debemos agregar el impacto negativo en el negocio agro exportador por la bajante del Rio Paraná, la más grave de toda la historia, que impide a los buques graneleros salir a carga máxima, debiendo completar carga en otros puertos nacionales, Bahía Blanca o Necochea, o internacionales, como Santos y Paranagua en el Sudeste de Brasil, aumentando en forma considerable los costos operativos y portuarios a los exportadores.

Esta medida implementada por el gobierno, en mi opinión tiene un sesgo anti exportador, anti industrial y  anti valor agregado e improvisada, habiendo recibido propuestas de entidades y cámara empresarias  mucho más efectivas que el aumento de las retenciones , arrastro a todo el sector agropecuario a ser participe y benefactor negativo de la actual crisis política, económica, financiera, cambiaria, ajustado balance de divisas, y exiguas reservas en el Banco Central, que vive hoy la Argentina.

El gobierno necesita plata, a pesar de haber tenido el mayor ingreso de divisas de toda la historia durante la cosecha 2020-21, con ingresos por exportaciones de u$s 44,631 millones, un aumento de u$s 13,000 millones con respecto a la cosecha anterior.

El ingreso por retenciones para las arcas del estado también fue record, con u$s 9,322  millones en el 2021 , un aumento de u$s 2,425 millones con respecto al ciclo previo.

Con todo lo que le dio el campo al gobierno, durante el 2021, todavía necesitan presionar más al campo para obtener u$s 500 millones. ¿Adónde fue a parar el ingreso récord de divisas y el ingreso record por retenciones?

Estamos en la peor crisis de toda nuestra historia, pues esta CRISIS se da en un contexto de altos niveles de pobreza, indigencia y marginalidad, alta tasa de desocupación, elevado déficit fiscal, gasto público en aumento, altos niveles de emisión monetaria, inflación núcleo que se proyecta al 55-60 % anual, baja oferta de crédito privado y la poca oferta de crédito publico direccionada a sectores y nichos pro-gobierno.

El gobierno ha demostrado tener ciertas “virtudes”, a saber, es un excelente intervencionista, muy buen estatista y populista fuera de época, y ha tenido la gran virtud de recargar en el sector privado el costo de la crisis, sin pensar en ajustar la ineficiencia de su gasto público y gasto político.

Esta semana la burbuja IMPLOSIONÓ, y parece haber llegado a su fin. La brutal CRISIS política, económica, financiera, cambiaria, de balanza de pagos, y podemos seguir….que se cierne sobre la Argentina, arrastro al sector agropecuario en el mejor momento de los mercados internacionales como consecuencia de la crisis de oferta que se proyecta para el 2022-23.

A esto se agrega la brutal invasión bélica de Rusia a Ucrania, paralizando las actividades portuarias del Mar Negro, ajustando mucho más la oferta de commodities y alimentos.

“No ha sido una buena semana para el sector agropecuario, hemos retrocedido 20 años con esta política implementada por el gobierno, que es continuidad de las intervenciones en el mercado de trigo y de maíz”(Noticias AgroPecuarias).

 

  • Pablo Adreani es Ing. AGr., analista y consultor agroeconómico, fundador de “El Faro Trading”, además de colaborar con sus columnas en diversos medios periodísticos gráficos y radiales.  

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