Evalúan la generación de un impuesto para el carnicero minorista

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La elevada presión fiscal incentiva la evasión y frente al peso de Ingresos Brutos, una inmensa mayoría de los carniceros no emite factura a sus clientes.

BUENOS AIRES (NAP) La Mesa de la Cadena de la Carne comenzó a evaluar la posibilidad de establecer un impuesto, que equivaldría a un porcentaje de cada factura, cuando se baja la media res en las carnicerías minoristas. El sistema sería similar al que rige en Uruguay, inclusive ya tendría el visto bueno del presidente Maurucio Macri.

El sistema funcionaría de la siguiente manera. Cuando se descargue una media res en un comercio minorista, quien entrega la carne le cobrará al carnicero dentro de la factura una suma en concepto de impuestos, equivalente a un porcentaje de la facturación o a un valor fijo por kilo, aún debería definirse. Una suerte de “impuesto al carnicero”, ya que este no podría eludirlo, reveló un funcionario al programa radial Bichos de Campo.

Por ejemplo, si la media res vale 100 pesos por kilo gancho, en la factura deberían figurar 110 pesos, que son los que efectivamente se le cobrarán al carnicero. Los 10 pesos de diferencia serán una suma que luego irá a parar al Fisco, para cubrir IVA e Ingresos Brutos a nombre de ese minorista. Luego se prorrateará entre rentas nacionales y provinciales, con una fórmula a definir.

Esto implica que ya no se tomará a los puntos de venta de carne como contribuyentes tradicionales, que cada mes o año hacen sus números y en función de ello depositan sus impuestos en Rentas nacionales o de la provincia, según corresponda.

Hoy, como la presión fiscal es elevada, sobre todo teniendo en cuenta el peso de Ingresos Brutos, una inmensa mayoría de los carniceros no emite factura a sus clientes, menos contrata a un contador que le lleve los números, y muchas veces aparece anotada como “monotributista” cuando por los niveles de facturación deberían ser considerados “autónomos”.
“La idea sería comenzar a cobrarles los impuestos directamente en la factura de la media res. Pero para que esto funcione, ese monto debería ser más chico que los impuestos que se le pretende cobrar hoy y que casi nadie paga, salvo los grandes supermercados “, dijo la fuente oficial.
¿Qué quiere decir? Que si este plan prospera los minoristas de la carne pasarían a pagar bastante menos de lo que ahora evaden. De allí la fórmula del principio: mejor cobrar algo a todos que mucho a casi nadie.
En declaraciones a Bichos de Campo, Fernando Canosa, uno de los coordinadores técnicos de la Mesa de Carnes, confirmó que este fue uno de los temas nuevos que se pusieron sobre la mesa la semana pasada, en la sexta reunión de ese bloque de cámaras y entidades con el presidente Macri.

En materia de formalización de la cadena cárnica, contó Canosa, “hay señales muy importantes. Por ejemplo en la reunión se dijo que el 80% de los faena de la Provincia de Buenos Aires ya está totalmente blanqueada y esto es un avance muy importante en el transcurso de un año”.
“Para seguir en el mismo camino (del blanqueo) llevamos una propuesta para que Ingresos Brutos también fuera cobrado en los adelantos que hacen los frigoríficos y matarifes, que formaran parte del precio cuando ellos le venden a las carnicerías. El mayorista incorporaría a su facturación un porcentaje a cuenta del pago de impuestos que debería hacer el minorista”, relató Canosa
La iniciativa, en principio no había tenido mucha aceptación, pero el representante de la AFIP en la Mesa, Marcelo Costa, dijo que le parecía viable y que: “Van a trabajar en esta propuesta, ya que les parecía un buen puente para después llegar a las carnicerías”, reveló Canosa.
Hasta ahora, el talón de Aquiles del programa que el gobierno puso en marcha el 1° de marzo de 2017 pasa justamente por las carnicerías: el sistema de anticipos de impuestos antes de aprobar la faena funciona hasta que los matarifes abastecedores llegan con la media res a las carnicerías. En el último eslabón de la cadena (hay unas 60 mil comercios que venden carne solamente en Provincia de Buenos Aires) que no aceptan una facturación de sus proveedores, porque de hacerlo deberían enfrentar el pago de una serie de tributos. Por eso prefieren eludir todo compromiso.
El nuevo “impuesto al carnicero”, al figurar dentro del precio de cada operación como un porcentaje pequeño de cada facturación, debería permitir a este segmento blanquear sus actividades, con todos los beneficios que ello implica, como el acceso al crédito bancario o que no le caiga cada tanto una inspección de la AFIP o de ARBA, reclamando impuestos impagos. Es decir, en el nuevo sistema los estados aceptarían resignar parte de la recaudación potencial, pensando en una regularización amplia de operadores (Noticias AgroPecuarias).

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