‘De cada 100 nutrientes que se exportan en granos, solo 40 se reponen; el resto lo pierde el suelo’

Si no se corrige, el fuerte desbalance entre lo que los granos extraen del suelo y lo que se devuelve la pérdida de nutrientes comprometerá la sustentabilidad y la calidad de la producción agroalimentaria.
(NAP) “Cuando vemos un barco cargando granos en el puerto, en realidad estamos viendo cómo se van también nutrientes que salieron del suelo”, planteó la directora ejecutiva de Fertilizar Asociación Cicil, María Fernanda González Sanjuan, al analizar la necesidad de mejorar la reposición de fertilidad en los sistemas agrícolas argentinos.
La ingeniera agrónoma explicó que las decisiones sobre la nutrición de los cultivos se toman 7 u 8 meses antes, en el momento de la siembra. “El análisis de suelo es el punto de partida, porque es el origen de la producción. Si esas decisiones no se hacen bien, el impacto se nota mucho después, cuando el grano ya está en el río y a punto de exportarse”, señaló.
Según González Sanjuan, el desbalance entre lo que se extrae y lo que se repone es alarmante: “Por cada 100 unidades de nutrientes que se van en un barco de maíz, soja o trigo, solo 40 se devuelven al suelo a través de los fertilizantes. Las otras 60 las aporta el suelo, y si eso se repite campaña tras campaña, el suelo se va empobreciendo”.
En declaraciones al programa Agroindustria en foco de Eco Medio AM 1220, la especialista remarcó que los nutrientes no se inventan: “Están en la naturaleza. El nitrógeno, por ejemplo, está en el aire, y solo mediante un proceso industrial se lo puede fijar en forma de fertilizante para que llegue a la planta. Si no se lo acerco, el cultivo lo va a sacar del suelo, pero en algún momento ese recurso se agota”.
Además, advirtió que la brecha nutricional no es un tema solo de los productores, sino de toda la cadena agroalimentaria. “Si queremos alimentos con alto contenido de proteínas y nutrientes, necesitamos cultivos que hayan tenido acceso a esos elementos. Los animales, y finalmente las personas, dependemos de eso”, explicó.
Por último, destacó que hoy existen herramientas tecnológicas que permiten diseñar esquemas de fertilización ajustados a cada ambiente, a cada cultivo y a cada etapa de crecimiento. “Una planta de maíz o de soja no necesita lo mismo durante todo su ciclo, igual que un ser humano no demanda la misma nutrición en todas las etapas de su vida. El desafío está en acompañar esas necesidades con una reposición adecuada de nutrientes, pensando en la sustentabilidad a largo plazo”, concluyó.