El trigo tiene potencial para crecer 50%

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Recomendaciones técnicas del Inta para saber elegir entre el gran número de variedades comerciales disponibles en el mercado.

 

BUENOS AIRES (NAP). El cultivo de trigo es la opción de invierno más generalizada en la agricultura argentina y además permite la siembra de cultivos de verano con diferente resultado agronómico, según las regiones.

Factores ambientales como las heladas, la disponibilidad de agua y la temperatura limitan la expresión agronómica del trigo, por lo que resulta primordial saber elegir entre el gran número de variedades comerciales de diferentes ciclos y calidades, que permiten tener una amplia gama de fechas de siembra y adaptación a diversos ambientes productivos, lo que favorece al cultivo de segunda: soja y maíz, principalmente.

“El trigo es el cereal de invierno más importante que se produce en la Argentina y tiene potencial para crecer un 50 por ciento en inversión y producción de manera sustentable en el mediano plazo”, afirmó Carlos Bainotti, especialista en mejoramiento genético de trigo del INTA Marcos Juárez, Córdoba.

La selección de la variedad apropiada “promoverá al agricultor en lo económico, social, ambiental, cultural y en la búsqueda de un mayor agregado de valor mediante la calidad, los mayores niveles de producción y productividad, con una retribución equilibrada a lo largo de toda la cadena de valor”, agregó Bainotti en un informe elaborado por Inta Informa.

En el informe también opinó el director del Inta Barrow, –sudeste de Buenos Aires–, Carlos Bertucci, quien proyectó un aumento de entre un 25 y 35 por ciento de la superficie destinada al trigo en su región, debido al buen ánimo y las expectativas de los productores, por lo que recomendó acercarse al Inta para un asesoramiento técnico, económico y productivo con respecto al manejo del cultivo.

Elección

Para realizar una correcta selección de cultivares para la siembra en el ambiente y manejo, el Inta dispone de una red de evaluación de cultivares que compara los rendimientos y la calidad panadera. En este sentido, Bainotti recomendó “considerar el comportamiento de los cultivares comerciales frente a las enfermedades y el índice productivo”.

En esta línea, subrayó la necesidad de emplear cultivares con comportamiento de resistencia a ciertos patógenos conferido por genes incorporados a su germoplasma. “Esto constituye, por sí sola, una práctica altamente recomendable que asegura sustentabilidad en el manejo integrado de las enfermedades y, además, de bajo costo”.

Para Bainotti también resulta importante conocer la fecha de floración debido a que dentro de esta etapa se encuentra el período crítico para la determinación del rendimiento de granos.

“Para la zona de influencia de la localidad de Marcos Juárez floraciones en septiembre serían indeseables por el riesgo de heladas tardías, lo mismo que hacia fines de octubre, ya que el período de llenado de granos transcurriría en el mes de noviembre, bajo condiciones de altas temperaturas que podrían resultar perjudiciales en esta etapa”, ejemplificó. (Noticias AgroPecuarias)

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