Existen 300 mil plantas; la agricultura solo se basa en trigo, maíz y arroz

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Según la Unam, sólo se siembran 300 especies. Historia y aportes de los tres cultivos principales. 

 

BUENOS AIRES (NAP). En 35 años, la cantidad de plantas conocidas en el planeta se incrementó 50 por ciento; sin embargo, de las 300 mil especies que existen en la actualidad, el hombre sólo ha sembrado cerca de 300, de acuerdo a un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México.

De esas especies, la humanidad sólo tomó tres como su base fundamental de la agricultura: trigo, maíz y arroz. Estos cereales jugaron un papel fundamental en la vida económica y social de los pueblos que los cosecharon en la antigüedad, advirtió Carlos Aguirre Rojas, del Instituto de Investigaciones Sociales de la Unam, según resaltaron este fin de semana varios portales de noticias mexicanos.

Hay ciertas características en éstos que, a diferencia de otras plantas, permiten que su proceso de degradación y caducidad sea más lento, al ser sometidos a tratamientos relativamente simples como el descascarillado, la cocción y el procesamiento para hacerlos harina, lo que facilita su almacenamiento.

Naturalmente, no todos los climas del planeta son aptos para su producción. Aguirre Rojas habló de las condiciones, temporalidad y productividad correspondiente a cada uno, de factores como la cantidad de cosechas que se generan al año, de la distancia que debe existir entre planta y planta, del rendimiento por cada grano sembrado y de la cantidad de superficie utilizable.

Cultivos

El trigo apareció por primera vez en algunas zonas de Asia menor y Mesopotamia, de ahí se extendió a Europa y fue la base de reproducción masiva en los pueblos indoeuropeos. En la actualidad, el 50 por ciento del cultivo total se produce en los territorios mencionados.

Requiere cantidades medias de humedad y calor, por lo que crece en climas del Mediterráneo. Se necesitan 180 jornadas anuales para vivir de él; es decir, implica periodos de intenso trabajo como la preparación de la tierra, la siembra y la recolección de la cosecha, la cual también se da una vez al año.

De cada hectárea se producen cinco quintales, lo que ha permitido una distribución homogénea de la población. Es el único cereal que agota el nitrógeno de la tierra, lo que propicia su combinación con otras variedades y con la actividad sistemática de la ganadería.

En cambio, el maíz requiere de un mayor grado de calidez y humedad; por lo tanto, su cultivo sólo es posible en zonas intertropicales y espacios particularmente pantanosos; asimismo, cosecharlo precisa de pocos cuidados, lo que se traduce como una ventaja en su producción, pues sólo son necesarias de 50 a 60 jornadas anuales para vivir de él. Se genera una cosecha al año y la obtención por hectárea es de ocho quintales.

Otra de sus ventajas es que, a diferencia del arroz y el trigo, se puede comer semicrudo, lo que dio pie a que las civilizaciones que vivían de él tuvieran que dedicar sólo la sexta parte del año a su producción.

En su libro Precios del maíz y crisis agrícolas en México, Enrique Florescano señala que uno de los factores desencadenantes de la Independencia fue la inflación desmesurada de su costo en 1807, de entre el doble y el triple de su valor habitual.

Por su parte, el arroz sólo prospera de manera semiacuática, es decir, requiere humedad extrema en aguas cenagosas; para prosperar debe estar en movimiento constante, lo que generó la creación de complejos hidráulicos.

Por cada grano sembrado se obtienen ocho y de cada hectárea se producen 30 quintales; requiere de 300 días y genera de dos a tres cosechas anuales. Entre el 70 y 80 por ciento es producido en la India y en China. (Noticias AgroPecuarias)

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