Recomendaciones para la siembra de forrajes en segunda

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Desde Forratex los técnicos dejaron una serie de recomendaciones para la siembra de reservas en segunda 

BUENOS AIRES (NAP) Con la llegada de la primavera, la etapa en la que se inicia la siembra de los cultivos de verano, el productor evalúa también la posibilidad de realizar algún cultivo en siembra de segunda o tardía, pero es fundamental, al momento de la planificación, tener en cuenta la elección del lote, las condiciones climáticas, la elección de la genética y la forma de efectuar la siembra.

La elección del lote es indispensable para lograr el mejor resultado. Este debe cumplir con los requisitos físicos y químicos mínimos para el desarrollo del cultivo. Además requiere un análisis de suelo por año, para determinar si es necesario fertilizar. 

El otro aspecto que se debe considerar es conocer la secuencia de las rotaciones de cultivos. Y otra de las claves es disponer de datos actualizados sobre la secuencia y el empleo de los herbicidas utilizados con anterioridad. 

Alfalfa: Para el cultivo de alfalfa, los lotes elegidos, deben ser profundos y bien drenados. El pH ideal es entre 6, 5 y 7,5. Los mejores antecesores son los cultivos de invierno; el menos favorable es la soja ya que, produce alelopatía. Para antecesor de maíz para silo, el cuidado consiste en la aplicación de no más de 2,5 lts de atrazina. 

Maíz/Sorgo: Los lotes con buena capacidad de infiltración y retención de agua, con baja resistencia a la penetración, son ideales para lograr una alta productividad, para este cultivo que requiere una alta tecnología. El pH ideal está por encima de 6,5 y hasta 7,5, consignó un trabajo publicado por el ingeniero agrónomo, Marcelo Quaquaro de Forratex . 

En planteos de siembra directa, el barbecho deberá mantenerse limpio con herbicidas. Si fuese necesario, también se aplicarán insecticidas. 

En ese sentido, se debe preparar el lote de tal manera, para que el maíz pueda aprovechar ese potencial en ese año y los siguientes, obteniendo buenos rendimientos sin dañar el suelo. 

Para estos tipos de suelos y condiciones ambientales, no se recomienda el uso de labranzas continuas. 

CLIMÁ

En la región semiárida, las precipitaciones son fundamentales para los resultados de producción de los cultivos. La variabilidad de éstas junto con las temperaturas y los períodos con heladas, son datos que aportan para la elección del cultivo y momento de siembra. 

Respecto de las precipitaciones, en el caso del sur de Córdoba, es importante llevar el registro de los últimos 5 años. Esto permitirá observar que que en los meses de noviembre, diciembre, enero y febrero, las precipitaciones son lo suficientes como para contrarrestar la evapotranspiración potencial.  De esta manera, un cultivo de segunda, tiene menos posibilidades de correr riesgos por estrés hídrico. Se debe tener en cuenta que estos planteos en la región se programan para aprovechar mejor la situación hídrica que ofrecen estos meses. 

Es importante considerar que la probabilidad de heladas tardías puede enfriar el suelo, produciendo malas emergencias o matando las plántulas. Estos datos, serán fundamentales para la elección del material a utilizar (intermedios, intermedios-cortos ó cortos): 

Primeras heladas: 1º quincena de mayo -/+ 20 días

Últimas heladas: 2º quincena de septiembre -/+ 20 días

ELECCION DE GENETICA 

Los materiales que se siembren en esta región, deben adaptarse a las condiciones de suelo, ambiente, clima y manejo, para expresar su mejor potencial de rendimiento, con el objetivo de lograr el máximo beneficio económico con el mínimo riesgo. Siempre, se deberá emplear semilla fiscalizada. 

Esta semilla debe tener dos parámetros importantes para determinar la calidad de esta: – Poder Germinativo: Su valor nos indica la cantidad de semillas con capacidad de germinar en condiciones óptimas, cuyo valor debe estar entre 90 y 100%. –

Vigor: En el caso de maíces y sorgos, en directa y con suelos aún relativamente fríos, aún en siembras de segunda, también es fundamental disponer del valor de Vigor de esa semilla, mediante el Test de frío (Cold test), cuyo valor debería estar entre 80 y 100%. 

SIEMBRA 

Para el cultivo de  Alfalfa, en siembras de primavera, la recomendación fundamental es hacerlo con un lote limpio, con cama de siembra de textura suave, libre de terrones y firme. La alfalfa debe sembrarse superficialmente (de 0,5 a 1,5 cm de profundidad) y usarse el rodillo compactador para maximizar el contacto de la semilla con el suelo.

La densidad ideal es por encima de 350 pl/m2 (15 kg/ha), para que la permanencia de la misma, esté por encima de los 3 años. Es  importante para las alfalfas sembrarlas  en primavera, tener el máximo cuidado de no arrancar la planta entera ya que, la leguminosa en este período desarrolla primero la parte aérea y relega el establecimiento de raíz y corona.

 MAÍZ

 La temperatura mínima media del suelo a 5 cm para la germinación del maíz no debe ser inferior a 10 ºC, al menos durante tres días seguidos, para comenzar la siembra. Es importante verificar la humedad disponible a profundidad de siembra. 

La incidencia de plagas puede ser importante sobre todo en planteos de siembra directa, fundamentalmente insectos de suelo (gusano blanco) y orugas cortadoras. Siempre considerar el curado con insecticidas aplicados a la semilla que son de excelente efectividad. 

Las siembras de segunda, debe recomendarse como una alternativa de crecimiento del cultivo de maíz en zonas marginales o en lotes restrictivos, para permitir mejorar los rendimientos y hacerlos más estables en estos ambientes.

 La densidad óptima de plantas a cosecha, en fecha de siembras de segunda no varía mucho de las recomendaciones para siembras de primera, siempre que se destine a un buen lote. 

SORGO

 Para programar la siembra hay que tener presente los días a floración del híbrido, ya que el período entre prefloración y floración no debe coincidir con un déficit hídrico o temperaturas extremas de cada región. Es fundamental que el suelo tenga una adecuada humedad a la siembra para lograr una emergencia rápida y uniforme y una buena implantación del cultivo. Al ser una especie de origen tropical, el sorgo requiere temperaturas altas para su desarrollo normal, siendo por lo tanto más sensible a las bajas temperaturas que otros cultivos. 

Para una buena germinación, el suelo, a 5 cm de profundidad, debe tener una temperatura no inferior a los 18 °C., durante tres o más días, estas condiciones se dan en la segunda quincena de octubre o primera de noviembre en la región semiárida. 

Para el sorgo, por ser una semilla pequeña, no deben realizarse siembras profundas. Se considera adecuado colocar la semilla entre 2 y 4 cm de profundidad, en la capa de mayor humedad, teniendo especial cuidado en conseguir una buena distribución en la hilera de siembra, para obtener una buena uniformidad. 

Tener en cuenta que en los sistemas de siembra directa la temperatura del suelo tiende a ser menor debido a los residuos de rastrojos en superficie. A su vez, este rastrojo en superficie favorece el refugio de insectos del suelo que afectan al sorgo durante sus estadios de germinación y plántula, siendo necesario su control químico. La densidad de siembra dependerá de la calidad de la semilla, tamaño y peso de la misma, sistema de siembra, ciclo del híbrido elegido, disponibilidad de riego y tipo de suelo. Para el caso de la región semiárida, se sugiere que la densidad a cosecha (plantas /ha), para los híbridos forrajeros, no sea inferior a las 250.000 plantas; para los híbridos sileros, no menor a 160.000 plantas y para los graníferos, 180.000 plantas(Noticias AgroPecuarias).

EB

 Epígrafe: productores y técnicos en una evaluación del suelo (Foto gentileza Forratex) 

 

 

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