Dilatado proceso de ratificación del acuerdo de Doha
El Tratado de Facilidades de Comercio impulsado por la OMC requiere de la aprobación de las tres cuartas partes de los 160 países que integran el organismo multilateral internacional
BUENOS AIRES (NAP) El acuerdo global que puede acelerar las negociaciones multilaterales de comercio, conocidas como la Ronda de Doha, enfrenta un dilatado proceso de ratificación parlamentaria en cada uno de los 160 países que integran la Organización Mundial de Comercio (OMC), que se contrapone con la urgencia del sector privado, que estima que el convenio aportará un trillón de dólares al Producto Bruto Mundial
El Acuerdo de Facilitación de Comercio (TFA, por sus siglas en inglés), es un conjunto de medidas aduaneras, consensuadas en la Conferencia Ministerial de la OMC en Indonesia, en 2013, como parte del denominado Paquete de Bali, considerado la bisagra para acelerar el fin de la Ronda de Doha, lanzada en la capital catarí en 2001 con el objetivo de reformar las normas en el comercio multilateral y establecer nuevos niveles de liberalización del intercambio global, indicó el portal Trade News, reproducido por la agencia argentina Telam.
Para entrar en vigencia, el TFA necesita la ratificación de los parlamentos de al menos dos tercios de los 160 países de la OMC, objetivo lejos de completarse, ya que solo cuatro (Estados Unidos, Hong Kong, Singapur y Mauricio) de las 105 naciones requeridas, aseguraron la aprobación.
La semana pasada, más de una docena de estados anunciaron que sus procesos de ratificación estaban casi encaminados pero varios países en desarrollo advirtieron que deberán modificar sus legislaciones nacionales para asegurar el paso del TFA en sus parlamentos.
Si bien no hay plazos para completar la aceptación de los dos tercios para el TFA, el gobierno de Kenia, próximo anfitrión de la Conferencia Ministerial de diciembre, espera poner en vigencia el acuerdo en ese encuentro que se realizará en Nairobi.
Mientras gobiernos y autoridades de la OMC siguen inmersos, desde hace un año, en consultas diplomáticas, negociaciones nacionales, bilaterales, regionales y subregionales, el mundo empresarial busca también acelerar la puesta en vigencia del TFA, en el que depositan grandes expectativas para traccionar la economía global.
Con ese propósito, la Cámara de Comercio Internacional (CCI) reunió en un reciente simposio en Florida a representantes del sector privado, líderes empresariales, correos privados y representantes de organizaciones internacionales, entre ellas de la propia OMC y de la Organización Mundial de Aduanas (OMA), según reportó el sitio especializado Marco Trade News.
Entre las conclusiones que dejó el encuentro, los participantes resaltaron que el acuerdo tiene potencial para aportar cerca de un trillón de dólares a la economía mundial y que generaría 21 millones de empleos, de los cuales 18 serían creados en países en desarrollo.
Se espera también que el TFA facilite la incursión en el comercio internacional a miles de empresas, además de reducir los costos de transacción cadenas de valor mundial, permitiendo la reducción de precios en productos básicos.
Por otra parte, la CCI consideró que el acuerdo no permitirá que productos perecederos queden estancados en las fronteras y que posibilitará un programa adecuado para combatir la corrupción.
El TFA contiene medidas para agilizar el movimiento y despacho de mercaderías, incluidas las en tránsito, y para la efectiva cooperación entre aduanas y otras autoridades de comercio, además de disposiciones para asistencia técnica y capacidad de infraestructura.
En América latina, la implementación del acuerdo presenta desafíos disímiles, según un análisis del sitio especializado, que destaca que la Alianza del Pacífico (Chile, Perú, Colombia y México) busca con el TFA agilizar los procesos de certificación de origen digital, la interoperabilidad de ventanillas únicas de comercio exterior, la compatibilización de los sistemas de información económica y comercial existentes en la región, y la promoción del comercio intrarregional.
En cambio, el Mercosur y los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) deberán acrecentar sus condiciones de integración productiva en la economía global y negociadora.
En defensa del TFA y el sistema multilateral de comercio, el director general de la OMC, Roberto Azevedo, salió el martes pasado a contraponerlo con los acuerdos comerciales bilaterales y regionales han ido “creciendo rápidamente”.
“Hay muchas cuestiones importantes que solo pueden abordarse de manera eficiente en el contexto multilateral por conducto de la OMC”, sostuvo y puso como ejemplo al TFA alcanzado en Bali, ya que la mayoría de los grandes retos a que se enfrenta el comercio mundial son “problemas mundiales que requieren soluciones mundiales