Técnicos alertan sobre la presencia de la “oruga bolillera” en soja

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Los principales focos se detectaron en los lotes implantados en la región pampeana. Las condiciones climáticas favorecidas por una etapa muy seca alientan la presencia de la plaga.

BUENOS AIRES (NAP. Informe especial) La oruga bolillera (Helicoverpa gelotopoeon) comenzó a hacer de las suyas sobre el cultivo de soja de primera implantado en diversos lotes de la región pampeana, de acuerdo a las evaluaciones realizadas por técnicos privados que monitorean las plantas que se encuentra en estado vegetativo de V1 y V3 (primeros estadios de las plantas).
Los daños se visualizan en los brotes nuevos en distintos porcentajes. Esta plaga provocó daños de importancia en campañas anteriores, las cuales también estuvieron asociadas a clima seco. Con las condiciones similares de la presente campaña, por eso recomiendan a los productores estar alerta y aplicar medidas preventivas, recomienda un informe elaborado por los técnicos de la firma Adama Argentina.
La “oruga bolillera”, es una plaga que desde hace un tiempo viene creciendo en abundancia en la región pampeana y genera problemas en el cultivo de soja, tanto en los primeros estadios vegetativos, como cuando el cultivo de soja está formando sus granos. Las larvas de esta especie alcanzan un tamaño máximo de 30-35 mm.
Cuando las plantas están entre los estadios V1 a V2 (vegetativo, 1 a 2 hojas verdaderas), esta isoca tiene preferencia por el consumo de brotes, tallos tiernos y, en menor medida, de hojas. Si las condiciones ambientales son benignas la planta puede recuperarse pero emitiendo brotes axilares, lo cual no solo afecta la altura de las plantas sino también el rendimiento de las mismas.
El testimonio de Franco Petrelli, de Agroconsultor SA, encienda las luces de alerta al recordar que “durante la primer quincena de diciembre hubo una importante presencia de esta plaga en varios lotes que se encontraban en estado V1-V3, con niveles de 2 a 3 individuos de menos de 1,5 cm por m2. Luego, por 15 días mermaron los recuentos a campo, ante el avance en estados vegetativos del cultivo y con un mayor umbral de acción, hizo que no se recomendaran aplicar en los lotes afectados por ésta plaga”.
Sin embargo en la última semana volvieron a aumentar los conteos a campo (fundamentalmente sobre sojas de 2da en V1-V3): “Estamos revisando lotes en situación de 2 a 3 bolilleras menores a 1,5 cm por m2; a su vez se están viendo huevos en brotes nuevos. Hasta ahora la hemos encontrado siempre desfoliando la hoja trifoliada que está por desplegar y con baja cantidad de brotes cortados ya que actuamos a tiempo”, alerta el profesional.
A MONITOREAR
Frente a lo registrado se sugiere monitorear cada lote en particular, a fin de determinar su presencia y aplicar medidas de control de la plaga, pero respetar los umbrales será la clave del éxito en el control de esta plaga.
Atento al comportamiento de la plaga, sus controles son buenos pero no llegan a ser excelentes: si tenemos entre un 50 y un 70% de control en promedio no será lo mismo aplicar con 2 que con 8 bolilleras por metro lineal.
En ese sentido, el Ing. Petrelli refiere que se pueden establecer 2 momentos críticos para el cultivo de soja y donde los daños que genera esta plaga son de consideración.
“Uno es en estados reproductivos avanzados (R3-R5.1), donde el daño es directo, ya que consumen los granos de las vainas y el otro es en el que estamos situados hoy con las sojas de 2da (V1 a V4) donde arrancan desfoliando pero a medida que aumentan su tamaño y su aparato bucal, cortan los brotes y esto trae como consecuencia la pérdida de crecimiento de las plantas, mayor número de ramificaciones y como resultado final un menor número de vainas/plantas”.
Prevención
“La recomendación es elaborar una estrategia de aplicación temprana con una solución como Rimón Fast Un producto de amplio espectro, que controla esta plaga y también nos protege de inminentes ataques de Trips””, afirma Albano Aranguren, Gerente de Desarrollo Técnico de Mercado de Adama.

En ese sentido recalca que: “Teniendo en cuenta que existe la posibilidad de aparición de trips ante la escasez de lluvias, en períodos de alta demanda ambiental como son los meses que van desde mediados de diciembre, enero y febrero, la aplicación de este producto controla muy bien estas plagas.

Además cuenta con muy buena residualidad: la aplicación anticipada de Rimón Fast en estadios vegetativos – en dosis de 200cc + Ac, y nunca subdosis- permitirá proteger estos estratos del cultivo por más de dos semanas. En estadios reproductivos no recomendamos usar Rimón Fast para bolillera.

Este producto también se puede aplicar para el control de la “oruguita” de la verdolaga (Loxostege bifidalis) y otras especies. Su aplicación a tiempo evitando los picos poblacionales de la plaga.

Asimismo opera en la supresión de ácaros y tiene registro en el control de tucuras saltonas. Y un punto no menor a la hora de ajustar los números, posee la mejor relación costo/beneficio, con el menor costo- dosis por día de protección (Noticias AgroPecuarias)
EB.

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