Los dos momentos de aplicación de fosfitos en soja

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El refuerzo de zinc en R2-R3 frena la caída de flores y de hojas. El de manganeso en estado vegetativo, mejora la sanidad de la planta. El aumento de rinde puede legar al 30%.

 

BUENOS AIRES (NAP). Los fosfitos son las sales o los ésteres (componentes orgánicos) del ácido fosforoso (H3PO3) y en agricultura se emplean principalmente como fertilizantes foliares, aunque también tienen efecto fungicida, bactericida y biopesticida.

“Su uso permite lograr dos objetivos fundamentales: por un lado el aumento de los rindes y por otro la rebaja de los costos; y puede ser utilizado en tratamiento de semilla y en estado vegetativo”, describió el ingeniero agrónomo 
Enrique Ballesteros, director de Nutrifoliar.

En cuanto a su empleo como fertilizante, Ballesteros indicó dos momentos de aplicación. El primero 

es la aplicación de fosfito de manganeso que se debe realizar cuando la soja se encuentra en estado vegetativo o emrgencia, junto con la aplicación del glifosato para desmalezar el lote que viene del barbecho de un trigo.

“El glifosato inhibe al manganeso dispobible en el suelo, no deja que la planta lo tome. Por eso, ese pequeño aumento de manganeso que le damos con la aplicación de fosfito de manganeso redunda en un aumento del rendimiento de 300-400 kilos por hectárea, además de darle un estado sanitario importante a la planta”, describió el técnico. El momento, entonces estará próximo, en el caso de una soja sembrada en forma tardía.

El segundo

Otro momento par la aplicación de fosfitos, en este segundo caso de fosfito de zinc, es cuando la planta llega al estado de R2-R3, que es el momento de floración y cuajado de fruto y, por lo tanto, cuando tiene el máximo requerimiento de nutrientes”.

“En este momento, el fosfito de zinc se aplica mezclándolo con un fertilizante foliar. Con eso se logra controlar todo lo que son enfermedades de fin de ciclo y aumentar el rinde al incorporarle nutrientes a la planta”, dijo Ballesteros.

En el caso de una soja sembrada en forma temprana en la región agrícola núcleo de la Argentina, ese momento ocurre a mediados de enero. “Es un momento en que en un lote se puede ver mucha caída de flores y de frutos, situación que obedece a que la planta fisiológicamente se regula y mantiene los frutos y flores que va a poder llevar hasta el fin de ciclo”.

“En ese momento -dijo Ballesteros- un golpe de fertilizante es fundamental para cortar ese aborto y caída de frutos, lo cual redunda en un aumento muy importante en el rendimiento”. El agrónomo afirmó que con esta aplicación “hemos llegado a un 30% de aumento del rinde. entre un 10 y 20 % es bastante general”. (Noticias AgroPecuarias)

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